miércoles, 29 de abril de 2009

La crisis de la Educación = fracaso escolar = ausencia de Políticas de Estado

¿Desinterés o desidia en la planificación estratégica del Sistema Educativo en el mediano y largo plazo?

La escuela es la institución social de los procesos educativos, que consisten en formas de producción, circulación y apropiación de saberes. Esto no implica que la escuela monopolice la circulación de los saberes en la sociedad, pero sí que sea la escuela la que tenga el lugar central. Esto implica, que la escuela sea la institucionalización social de la circulación de saberes, lo que supone saberes socialmente legitimados. Una cuestión central es el criterio para la legitimación social, que incluye su validación y que la escuela debe defender y sostener como institución social, o sea el carácter público de los saberes y del espacio social que en ella se construye. La escuela no puede dejar de definirse como un lugar de vigencia de lo público como criterio de legitimación de saberes, y del espacio social constituido en los procesos de su transmisión y apropiación. En la vida cotidiana de la escuela, es esta cultura el lugar donde la dimensión política y la dimensión epistemológica cobran su sentido contextual y situado. La posibilidad de que la cultura institucional la sostenga y la signifique en una comunidad determinada depende, de que esta dimensión psico-social de la institución, roles y representaciones puestas en juego, sea asumida desde una interacción ético-comunicativa, con posibilidad de colocarse en una racionalidad discursivo-argumentativa, y por lo mismo crítica, desde la coherencia con reglas de juego acordadas y el compromiso de veracidad en cada uno de los participantes.
El fracaso escolar es una consecuencia del fracaso de políticas educativas, de acciones y prácticas educativas; que no reparan en las dificultades de aprendizaje de los niños y adolescentes, y que en consecuencia generan un “fracaso escolar acumulativo”, a lo largo de la vida escolar de los educandos. El fracaso escolar, se genera en las fallas del Sistema Educativo, que al no educar en la diversidad, muchas veces no atiende las dificultades y necesidades de los alumnos para superar los problemas de aprendizaje. Al ser los alumnos las piezas más débiles de la cadena, éstos reciben un doble castigo, primero el que les ocasiona sus propias dificultades y segundo el generado por las acciones educativas poco acertadas. Los educadores, son el segundo sector más débil de la cadena educativa, los cuales muchas veces tienen falencias en su formación, no reciben las orientaciones correctas de parte de los estamentos superiores y no tienen una real capacitación en servicio. En este estado de cosas, el fracaso escolar genera exclusión y el problema no radica en los educandos, sino en el propio Sistema Educativo, que no encuentra las respuestas y acciones adecuadas para resolver el problema; a partir de la inclusión y la garantía de una educación equitativa, igualitaria y de calidad para todos los sectores sociales, con mayor hincapié en los sectores de riesgo, con la finalidad de achicar la brecha educativa y evitar la deserción escolar -síntoma del fracaso escolar, que no contiene y no forma con posibilidades de inserción laboral o educativas de largo plazo-. La ausencia de Proyectos Educativos, que contemplen las dificultades de los niños y que favorezcan las prácticas que permitan la recuperación de los mismos; conjuntamente con el alejamiento de los padres de su función educadora (especialmente en la escuela de gestión estatal), producto de los cambios sociales que han afectado la conformación familiar y de situaciones socio-económicas; han provocado la pérdida de contención que el niño o adolescente necesita, dejándolos librados a su suerte en su vida escolar. El fracaso escolar, es el resultado del fracaso por parte del Estado por no implementar políticas educativas que garanticen la igualdad de oportunidades; es el fracaso de educadores y padres, que en muchas ocasiones no atendemos las dificultades que nos demandan nuestros alumnos e hijos y es el fracaso de una sociedad, que al no contemplar la exclusión de sus elementos más débiles jóvenes y niños, se está condenando a si misma al propio fracaso.

Alejandro Fraga Irureta

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